El Efecto Mariposa
En un tiempo muy remoto, cuando los dioses vivían entre los hombres y los hombres podían aspirar a ser inmortales, el bosque era casa y sustento de seres mágicos visibles e invisibles como el hombre mismo.
Uno podía montar en las alas de una mariposa si quería vivir entre gnomos, silfos, salamandras y ondinas.
O podía montarlas, bañarse en su polvo de oro y morir allí mismo: romper el cascarón de la vida, metamorfosearse como la oruga en mariposa y emprender el vuelo hacia la libertad.
En aquel tiempo las mariposas eran traviesas, bromistas y hasta un poco crueles: cargaban con cuanto mortal encontraban. Por eso los bosques estaban llenos de criaturas mágicas, y los dioses por montones se confundían entre los hombres.
2 comentarios:
A veces, yo viajo por las noches al mundo de los gnomos, ondinas y mariposas y cuando estoy a punto de pedirle a una luciérnaga que se apague para que pueda dormir, mi madre inmortal me conmina a volver a cantar bajito a todas las Amelia que llegan a esta tierra. Felicidades por la hermosa niña
Qué encanto tienes para expresar...
Te agradezco del alma tus sentimientos,Renata.
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