viernes, octubre 14, 2005

Locos



EN SANTIAGO ESTAMOS TODOS LOCOS
Cuántas veces hemos escuchado esta afirmación. Muchas. Y si lo pensamos bien, no parece tan exagerada.
La ciudad no es una red de avenidas, calles, edificios y condominios, la ciudad somos las personas que habitamos en ella y nuestra particular forma de relacionarnos.
Cada habitante de la capital representa o lleva un fragmento de la ciudad consigo, y la compleja agregación de todos nosotros hace al pequeño Gran Santiago.
Entonces al momento de decir que esta ciudad, que Santiago está loco, extraño y enfermo estamos afirmando que nosotros mismos estamos locos, también extraños y por que no...... enfermos.
En poesía y literatura universal se repite: las ciudades son las personas.
El poeta K. Kavafis en su poema "La ciudad" afirma "la ciudad irá en ti siempre".
Octavio Paz señala, con certeza, "la ciudad son los otros".

Santiago sufre y se siente incómoda con sus santiaguinos dentro.
Tiene Santiago y sus habitantes un sinnúmero de malestares; la mala calidad del ambiente y el deplorable entorno ecológico en el que transitamos son solo algunos elementos del contexto. Pero más allá de estos grandes males estructurales, los habitantes de esta ciudad padecemos de un alto grado de inseguridad, nos sentimos amenazados por el miedo. Pero por todos los miedos: por el temor a la exclusión, caernos de los sistemas (sistemas previsionales, créditos, isapres).
Nos destroza en silencio esa monstruosidad que algunos llaman fracaso.

El miedo y la desconfianza nos invadió decididamente y vivimos como si estuviéramos rodeados por delincuentes las 24 horas del día.
Sin duda sufrimos colectivamente algún grado de deterioro de la memoria, negándonos a recordar la brutal, dolorosa y sistemática violencia cotidiana con que convivimos en el pasado reciente.
Hay algunos indicadores más directos del malestar en la ciudad. Un ejemplo es el resultado del estudio multicéntrico realizado por la OMS hace un tiempo en 15 ciudades del mundo, en el que Santiago de Chile aparece como el lugar con mayor prevalencia de trastornos mentales, más de un tercio de la población general sufre de ellos, ubicándonos por sobre ciudades tan importantes y complejas como Shangai, Berlín y Río de Janeiro.
No hay duda, el malestar de los chilenos se manifiesta visiblemente como enfermedades depresivas y psicosomáticas.

El asunto, es aún más serio o alarmante si consideramos que muchas dolencias, no alcanzan el rango de una enfermedad, pero estan presentes con extraordinaria frecuencia.
Se trata de grupos de síntomas que no son suficientemente severos para rotularse con un diagnóstico psiquiátrico o sicológico imagino, que muchísimo menos estan en el AUGE, que no quedan detallados en las estadísticas, pero de igual forma son malestares o quejas muy habituales:
¿Cómo llamar al desgano y dolor lumbar de una obrera de una empresa textil?, ¿Qué diagnóstico se puede dar a la irritabilidad, sentimientos de soledad o constantes jaquecas de una persona como tú o como yo?

Es tema. Es la sensibilidad con que me levanté y cargo todo este día.
Pero es la existencia misma.
La adrenalina del constatar a diario que la vida no es lo que nos contaron.

Pero que además hay siempre una mano que mece la cuna...


(La pintura que viste al comienzo se llama "Un nuevo aniversario de la Fundación de Santiago" y es del talentoso pintor y amigo Pepe García. http://www.garciachibbaro.com)

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