domingo, enero 22, 2006

Sara



Powered by Castpost



Aparte de trabajar detrás del mostrador de "El Combate", en Tocopilla, doña Sara pasaba la mayor parte de su tiempo en la pieza de costura.
Era un cuarto pequeño, con una ventana en el techo por donde se veía sólo una estrella a la que ella había bautizado como "Esperancita de Dios".
Yo me sentaba en el suelo a escucharla hablar mientras pedaleaba incansablemente cosiendo camisas de manta y calzoncillos de piernas largas, para obreros.
A pesar de lo exiguo del espacio, mi madre había logrado convertirlo en Universo.
Allí cada acción cobraba un significado y cada objeto se convertía en un símbolo. Si tenía que parchar ropa usada -compravendía vestimentas viejas-, buscaba sacar un pedazo del doblez de otra prenda que tuviera el mismo tiempo de uso.

"...Mira, me decía, si pusiera un parche de tela nueva en una superficie vieja, en lugar de remedio, estaría pegando un cáncer. La tela joven, menos adaptable, más fuerte, acabaría rajando en mil vetas al sitio donde yo la hubiera colocado. Cuando crezcas y quieras cambiar el mundo, nunca propongas soluciones drásticas que, en lugar de ayudar, terminarán provocando el caos. Quiero que midas y sepas conocer el nivel de resistencia de tus ayudados. No los lleves más lejos de lo que puedan soportar..."

Sí por casualidad caía una mancha en un traje, lo único que hacía era, con un rincón de la misma ropa, frotar fuertemente allí.
"...¡Mira como desaparece la mancha: la tela se limpia a sí misma!
Cuando tengas problemas espirituales, no busques ayudas externas que no harán más que confundirte. Cura tu ser con otra parte de tu mismo ser. Tú eres tu propio médico: no encontrarás otro mejor..."

Cuando se le enredaba el hilo, soplaba sobre el nudo y lo deshacía.
"...Soplando tranquilizo al hilo, y el laberinto pierde fuerzas y solito se desenreda. Nunca fuerces sobre los problemas. Guarda la calma y haz lo que puedas. Ellos mismos se solucionarán..."

Para enhebrar, sostenía firme el hilo sin moverlo, y con el ojo de la aguja atrapaba la punta.
"...Sí tu no puedes encontrar algo, haz que ese algo te encuentre. Si quieres luz, ponte donde no hayan barreras entre el sol y tú. Limpia tu alma para que el fenómeno se manifieste en ti y, por vacío, lo obtendrás..."


(Tomado de "Historias de mi mamá" de Alejandro Jodorowsky)

1 comentario:

Cursivas dijo...

Qué buen extracto... Uno debería andar siempre con un costurero (y un paraguas)...
Increíble.

Kriños,